Benchmarking es un proceso gracias al cual puede medirse el éxito de una empresa frente a otras similares, para descubrir si existe una brecha en el propio desempeño que se pueda cerrar mejorando ciertos procesos. El estudio de otras empresas puede destacar lo que se necesita para mejorar la eficiencia de la nuestra, y así posicionarla como un actor más importante en la industria.

Una de las formas más eficaces de lograr ese benchmarking es a través de la escucha social. Es el social listening el que nos permite identificar tanto a la competencia directa como indirecta, además de que también nos arroja pistas sobre cuáles son las estrategias más exitosas, y qué piensan los consumidores sobre ellas. 

Al identificar las áreas que se desean mejorar, y comparar el desempeño actual con el de la competencia, tu marca podría dar un salto de calidad exponencial. El uso del benchmarking de esta manera permite a las empresas obtener todas esas ventajas estratégicas que necesitan sobre sus competidores.

 

Cuál es la importancia del benchmarking y cuáles son sus beneficios

El benchmarking nos ayuda a establecer líneas de base, definir las mejores prácticas, identificar oportunidades de mejora, y crear un entorno competitivo dentro de una industria. La integración de está estrategia de evaluación de la competencia dará como resultado datos valiosos que fomentan la discusión, y generan nuevas ideas y prácticas.

Algunas de sus principales ventajas son:

 

  • Obtener una perspectiva independiente sobre qué tan bien se desempeña tu marca en comparación con otras empresas. Este análisis permite no solo descifrar qué es lo que hacen bien los competidores que admiras, sino también mejorar precisamente en esos aspectos. 

 

  • Crear una mentalidad y una cultura de mejora continua dentro de tu empresa. El benchmarking permite que todos los colaboradores comprendan la importancia de no conformarse, además de que muestra que todas las industrias cambian, y quien no se adapta, muere. 

 

  • Muy ligada a la anterior está el hecho de que esta estrategia te permite supervisar de cerca el rendimiento de la empresa, además de gestionar los cambios que implementas en ella, todo derivado de conocer qué es lo que hace bien la competencia, y en dónde te falta mejorar. 

 

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Cómo comenzar a hacer benchmarking

Lo primero y más importante de hacer benchmarking es comprender por qué lo haces y cuáles son sus beneficios. Una vez tienes eso listo, lo puedes hacer de la siguiente manera: 

 

Selecciona qué es lo que quieres comparar

Las personas encargadas de llevar a cabo este proceso deben llegar a la decisión de qué procesos son fundamentales para el éxito de la empresa. Luego, los procesos deben priorizarse en función de qué métricas son más importantes para todas las partes interesadas. Después de priorizar, selecciona y define las medidas que deseas recopilar.

Decide qué empresas deseas comparar

Esta elección puede ir en función de tus competidores directos, o bien de alguien exitoso a quien deseas emular. Determina si vas a comparar un competidor dentro de tu nicho, o incluso una empresa fuera de tu industria.

Documenta tus procesos actuales

Debes realizar una radiografía completa de los procesos actuales de tu empresa, para que puedas identificar las áreas que necesitan mejoras, y compararlas más fácilmente con la organización elegida.

Recopila y analiza los datos

Recopila la información que esté disponible a través de investigaciones, videos, artículos o entrevistas. También puedes hacerlo monitoreando los canales de comunicación de las marcas. La clave es obtener la mayor cantidad de información visible, ya que habrá una buena parte que sea confidencial. 

Elabora tu plan de acción

La confección de un plan gracias a lo recopilado es importante. La implementación de dicho plan requiere una aceptación total de arriba hacia abajo. El plan debería incluir metas claramente definidas, y debe redactarse teniendo en cuenta la cultura de tu empresa. 

Implementa los cambios necesarios

Una vez todos estén a bordo, solo queda supervisar de cerca los cambios aplicados y su desempeño. Si los nuevos procesos no funcionan correctamente, siempre puedes ajustar o volver a iniciar el proceso hasta dar con la nota que deseas.